La planta de la alcachofa se distingue por sus carnosas inflorescencias comestibles de gran sabor. Se puede decir que la alcachofa es la adaptación hecha por los agricultores a partir de cardos silvestres.
Requerimientos de la Alcachofa:
Clima: las alcachofas necesitan un ambiente frío para desarrollarse, pero no soportan el frío intenso, ni tampoco el excesivo calor. Además, exigen abundante agua y riegos, pero no toleran un exceso de humedad ambiental. Por esto, las zonas templadas del Mediterráneo son las más indicadas para obtener una elevada producción.
Riego: necesitan una humedad regular pero no soportan el exceso de agua o el encharcamiento de las raíces. Lo ideal es instalar un sistema de riego por goteo. Si lo realizamos por inundación, tendremos en cuenta hacer la plantación sobre unos caballones anchos y ligeramente elevados.
Nutrientes: la alcachofera necesita un buen abonado de fondo con estiércol o compost y un aporte de compost maduro en la fase de producción.
Sustrato: necesita suelos sanos, aireados en profundidad y muy ricos en materia orgánica y en humus. Hay que evitar los muy pesados y húmedos y los muy ligeros o secos.
Cómo cultivar la alcachofa:
Desde la siembra a la recolección pueden transcurrir de ocho meses a un año, mientras que con las estacas o esquejes podemos cosechar a los cuatro o cinco meses de plantarlos.
Por ello, la forma más habitual de cultivo es por estacas o esquejes. Esto consiste en arrancar las “zuecas” o estacas laterales de la mata de la alcachofera (la estaca central se desecha, puesto que es la planta vieja y no rebrotará). Las estacas se seleccionan teniendo en cuenta que no presenten deficiencias, que no tengan las varas agujereadas y que no haya podredumbres en la base. Además, cada estaca debería de tener un mínimo de tres o cuatro brotecitos en la base, encima de las raíces.
El trasplante de las estacas es aconsejable hacerlo entre julio y septiembre en zonas cálidas y de marzo a abril en las zonas muy frías.
Éstas se plantarán en líneas o bancales, separadas unos 70cm entre si y entre líneas y cubriendo la tierra con 3 a 5cm de compost.
Si se quiere cultivar a partir de la siembra; ésta se realizará de marzo a junio en semillero y se trasplantará cuando tenga una altura de 10cm. Podremos cosechar de diciembre a marzo del año siguiente.
Asociaciones:
Se trata de una planta plurianual, por lo que durante todo el año obtendremos cosecha de ella. Por ello, no es aconsejable introducirla en parcelas donde realicemos rotaciones, sino ponerlas a parte. Al permanecer varios años sobre el mismo terreno, la alcachofa es un cultivo que agota mucho el suelo. Si las plantaciones se suceden sin dejar transcurrir el tiempo conveniente, se producirán problemas sanitarios, especialmente parásitos que afectan al sistema radicular y enfermedades producidas por virus y bacterias, de difícil tratamiento curativo.
A ser posible, introducir en la rotación praderas o abonos verdes multiflores que enriquecen el suelo en materia orgánica y favorecen la actividad microbiológica del suelo.
Recolección de la alcahofa:
Cortaremos las alcachofas cuando presenten un tamaño adecuado. Las primeras alcachofas, las que crecen en el centro del brote, suelen ser redondas y gruesas, mientras que las segundas, que son las que salen en las ramas laterales, son algo más alargadas y pequeñas.
Es conveniente cortar siempre el tallo de cada alcachofa por debajo de la altura en la que se hallan las alcachofas laterales más jóvenes, de esta forma la planta se desarrollará mejor y aumentará su resistencia a los fríos intensos.